El proceso de implante de prótesis de iris artificial es un procedimiento quirúrgico que se realiza sobre el iris.
Durante la cirugía lo que se hace es insertar el implante del iris doblado y, a continuación, se despliega adaptándose al ojo. Se realiza con una mínima incisión en la córnea y, de hecho, se suele aprovechar la microincisión de la operación de catarata.
Hay varios casos en los cuales es recomendable un implante de iris artificial. Por ejemplo, ante la ausencia parcial de iris tras una cirugía o traumatismo. También puede faltar el iris completamente; esta situación se denomina aniridia y puede causar fotofobia, visión doble y mala calidad óptica. Puede ocurrir tras un traumatismo o desde el nacimiento y puede ser interesante reparar el iris.
Antes se implantaban lentes intraoculares o anillos pigmentados de gran tamaño y requerían grandes incisiones. Esto podía provocar inflamación y estéticamente no convencía a los pacientes que se intervenían. Hoy en día se han realizado grandes avances, y se implanta aprovechando la misma microincisión por la cual se inserta la lente intraocular en una cirugía de catarata. Son intervenciones ambulatorias y que generalmente no precisan de suturas. Las prótesis actuales, así como las cirugías de mínima invasión hacen que el iris final sea muy parecido al original y no se aprecien diferencias.
Normalmente es una cirugía de media hora de duración y no es necesario el ingreso hospitalario. Se hacen revisiones al día, a la semana y al mes. Se recomienda limitar actividades agresivas o deportes de contacto el primer mes.
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