Este fenómeno es habitual a partir de los 65 años y se relaciona con la visión de moscas flotantes o flashes de luz
El interior del ojo humano está relleno de un gel denominado vítreo. Esta sustancia evoluciona a lo largo de la vida, y acumula una serie de partículas que podemos ver al trasluz en forma de moscas, hilos, etcétera. El desprendimiento posterior de vítreo (por sus siglas, DPV) ocurre cuando éste se mueve, se degrada o se condensa y colapsa con el paso de los años. Además, cuando se desprende abruptamente, puede tirar de la retina causando visión de destellos.
La retina es la membrana que recubre la parte posterior del ojo; su misión transformar la luz que recibimos enfocada a través del cristalino en señales eléctricas, que posteriormente llegan al cerebro por medio del nervio óptico.
¿Cuales son los síntomas del DPV?
Normalmente, el paciente percibe moscas flotantes o fogonazos de luz. Las primeras se ven mejor de día o en situaciones de alta luminosidad, por el contraste. Los flashes, en cambio, se perciben mejor de noche, con una intensidad de luz baja.
Pruebas diagnósticas
Para diagnosticar DPV, basta con realizar un examen ocular que incluya la dilatación de la pupila y la realización de pruebas como la Tomografía de Coherencia Óptica (conocida por sus siglas como O.C.T) o la ecografía ocular.
Causas y factores de riesgo
El desprendimiento posterior de vítreo es un fenómeno poco común en personas de corta edad ya que es una patología que se produce con el avance del tiempo. Es más habitual, como hemos comentado anteriormente, a partir de los 65 años. Aún así, existen factores de riesgo como la miopía, un traumatismo en el ojo o una cirugía ocular reciente como, por ejemplo, de catarata.
Tratamiento y recomendaciones
Aunque normalmente no se trate de una patología grave, lo más importante es revisar con urgencia el ojo; principalmente para descartar que estos movimientos hayan dañado la retina. En ocasiones, el DPV puede crear algún desgarro que el oftalmólogo sellará con láser para reducir la probabilidad de que evolucione a desprendimiento de retina. En el caso de que los síntomas no sean agudos, se puede hacer una revisión rutinaria. Además, éstos van disminuyendo poco a poco y acabamos acostumbrándonos a ellos ya que el vítreo tiende a depositarse (por efecto de la gravedad) en la parte inferior del ojo.