Alguna vez nos ha podido pasar que durante el día, o durante un periodo de tiempo determinado, no conseguimos ver con nitidez objetos lejanos. Lo primero que puede venir a la mente es padecer miopía. Pero la real y estable difiere de la Falsa Miopía que forzamos al enfocar de cerca en exceso. En muchos casos, lo que ocurre es que se da en nuestra visión un exceso de acomodación; también llamado espasmo acomodativo.
En ocasiones, se da esta confusión ya que los síntomas visuales son muy similares.
Es un sistema que emplean nuestros ojos para poder enfocar en diferentes distancias. Los ojos, en función de la distancia que se quiera enfocar, emplean una potencia u otra. Este procedimiento es lo que nos permite ver nítido en todas las distancias.
Explicado de otra forma, nuestra visión la conforman un conjunto de lentes y, lo que hacen es permitir que se enfoque esa imagen de manera adecuada sobre nuestra retina.
Si no padecemos ningún defecto visual, nuestro sistema óptico cuenta con la potencia exacta para enfocar objetos cercanos u objetos lejanos.
Cuando hablamos de una persona miope, decimos que su visión cuenta con un exceso de potencia. Un ojo miope no tiene la potencia adecuada para poder enfocar de lejos, cuenta con un exceso de potencia y la imagen se enfoca en la parte anterior de la retina. Esto ocasiona una visión borrosa. En el caso de visión cercana, el ojo necesita más potencia y el ojo miope lo compensa y ve bien objetos cercanos.
Una situación con síntomas similares a la miopía, es el exceso de acomodación o espasmo acomodativo. Ocurre cuando ese proceso de acomodación permanece activo, el ojo cuenta con mucha potencia y no es capaz de ver bien de lejos, lo que se denomina una “falsa miopía”. Tanto en el caso de padecer miopía como espasmo acomodativo, podemos ver bien de cerca, pero mal de lejos.
La diferencia entre la miopía y exceso de acomodación reside, en que la miopía supone un problema anatómico del ojo y corregirlo requiere un procedimiento quirúrgico. Ejemplos de ello son la Operación de Miopía, bien mediante láser o bien mediante lentes intraoculares.
Por el contrario, el exceso de acomodación es un problema puramente funcional. El ojo, en la mayoría de los casos, funciona correctamente y lo que ocurre es que el mecanismo de acomodación sigue activo cuando no debería.
Ante la sospecha de mala visión de lejos, lo más recomendable es acudir a una revisión oftalmológica. De entrada puede apreciarse una miopía, pero el oftalmólogo es capaz de diferenciar si es verdadera o acomodativa.
El diagnóstico definitivo, lo puede realizar el oftalmólogo paralizando temporalmente la acomodación empleando colirios como el ciclopléjico. Esta sustancia, es capaz de paralizar el músculo ciliar: el encargado de la acomodación. Una vez aplicado, nos podemos asegurar que el ojo no está acomodando y, si el paciente padecía un exceso de acomodación, esa miopía falsa desaparecerá.
Ante cualquier sospecha de padecer miopía, siempre recomendamos revisiones regulares con el oftalmólogo bien para confirmar este problema. Así conocer mejor el ojo y prevenir patologías oculares futuras.
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